La empresa FAEX ha destruido 5.589 municiones, de las que unas 4.600 eran granadas de mortero de fabricación española; 600 bombas de racimo estadounidenses, y las 400 restantes bombas antipistas elaboradas también en España
España se ha situado hoy a la cabeza de países del mundo en eliminar todo su arsenal de bombas de racimo, antes de los plazos previstos en la Convención de Dublín suscrita el 30 de mayo de 2008, en el que los 111 Estados firmantes se comprometieron a erradicar este tipo de municiones en el plazo de 12 años.
Tras la adhesión de España a la Convención de Dublín, que ha sido ratificada hoy por unanimidad por el Pleno del Congreso de los Diputados, el Consejo de Ministros aprobó un Acuerdo, el pasado 11 de julio, por el que se establecía una moratoria unilateral relativa a las municiones de racimo. Días después, la ministra de Defensa, Carme Chacón, compareció ante la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, donde se comprometió a la aplicación del Tratado con carácter anticipado.
Desde ese momento, quedó prohibido el empleo operativo o en maniobras de las bombas de racimo por parte de las Fuerzas Armadas españolas, así como el desarrollo y adquisición de este tipo de municiones. Asimismo, se iniciaron los trámites para la destrucción del arsenal existente, para lo cual el Ministerio de Defensa firmó un contrato con la empresa Fabricaciones Extremeñas, S.A. (FAEX), que comenzó el pasado mes de diciembre el proceso de desmontaje y destrucción de las municiones.
La ministra de Defensa ha manifestado hoy en el Congreso de los Diputados su satisfacción por que se haya culminado el proceso tres meses antes del compromiso adquirido. -Nos habíamos comprometido en diciembre a que antes de junio erradicaríamos de nuestro arsenal las bombas de racimo, y hoy, día en el que el Parlamento español ha ratificado la Convención de Dublín, hemos erradicado ya de nuestro arsenal las bombas de racimo. Espero que sea un orgullo para toda la sociedad española-, afirmó.
A este respecto, Carme Chacón ha insistido en que España fue pionera en comprometerse con el Convenio de Dublín en la eliminación de estas municiones, y hoy ya ha eliminado de su arsenal todas las bombas racimo, -cosa que es especialmente importante porque este tipo de bombas se ceba especialmente en la población no combatiente y en los niños-, subrayó.
En total, la empresa FAEX ha destruido 5.589 municiones, de las que unas 4.600 eran granadas de mortero de fabricación española; 600 bombas de racimo estadounidenses, y las 400 restantes bombas antipistas elaboradas también en España.
Daño humanitario inaceptable
Desde que se inició el proceso de Oslo, en febrero de 2007 hasta que se firmó el Tratado de Dublín el pasado 30 de mayo, el Gobierno español fue favorable a una prohibición tan amplia como resultase necesaria para garantizar el objetivo último del Tratado, que no es otro que el de evitar un daño humanitario inaceptable. Por esta razón, al igual que otro centenar de naciones, España acordó prohibir el empleo, desarrollo, producción, adquisición, almacenamiento, conservación y transferencia de municiones de racimo que causen daños inaceptables a los civiles.
Desde que hace veinte años iniciaron su participación en misiones internacionales de paz, las Fuerzas Armadas españolas han desactivado más de 100.000 artefactos en países como Líbano, Afganistán, Bosnia-Herzegovina o la antigua Yugoslavia. Además, las Fuerzas Armadas españolas nunca han utilizado este tipo de munición.