Cuatro soldados españoles han perdido la vida en la zona.
La presencia de nuestros militares ha contribuido a la construcción de infraestructuras y a mejorar la calidad de vida de la población.
El último contingente español destacado en Ludina (Task Force AZOR-22), formado por una Compañía de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable ‘Galicia VII’ (BRILAT) y personal de apoyo de otras unidades de las Fuerzas Armadas, se encuentra ya sano y salvo en la base de Qala-i-Now, a donde llegaron sobre las diez de la mañana (hora española), tras replegarse del puesto avanzado de combate ‘Bernardo de Gálvez 2’ (COP por sus siglas en inglés).
El contingente realizó el viaje a Qala-i-Naw por la ruta ‘Lithium’ en vehículos blindados RG-31 y 'Lince', así como en vehículos de transporte pesados y ligeros para retirar todo el material con el que estaba equipado la base, tras haber hecho entrega de las instalaciones al Gobierno Islámico de la República de Afganistán, representado por su Ejército.
En el acto formal de entrega al Ejército Nacional Afgano (ANA) tomaron parte el jefe de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable ‘Galicia VII’ (BRILAT), general José Antonio Alonso Miranda, y el jefe de las tropas españolas en Qala-i-Naw, coronel Fernando García González-Valerio, en representación española, y el vicegobernador de la provincia de Bagdhis, Camarudin Shekeb, y el general Dawood Sha Wafad, jefe de la Brigada 3/207 del ANA, en representación afgana.
La ceremonia empezó con la llegada del general Alonso al COP de Ludina, donde se le rindieron los honores de ordenanza. Inmediatamente después se procedió a arriar solemnemente la enseñanza nacional que hasta hoy presidía las instalaciones. Esta bandera, la última que ha ondeado en este lugar de la provincia de Bagdhis, será entregada para su custodia al Museo del Ejército de Toledo.
La localidad de Ludina se encuentra situada en el norte de la provincia de Bagdhis y dentro de la denominada ruta ‘Lithium’, una vía estratégica para garantizar las comunicaciones en la provincia afgana.
En el mes de agosto de 2010, el entonces jefe de la Agrupación española ASPFOR XXVI, coronel Luis Martínez Trascasa, dio la orden de ocupación de la entonces nueva base de operaciones avanzada (FOB) al norte de la localidad de Sang Atesh, a la que se llamó ‘Bernardo de Gálvez 2’.
Su misión era proporcionar seguridad en la zona norte de la provincia, especialmente durante la construcción de la ruta ‘Lithium’, llevar a cabo proyectos de desarrollo cívico-militares (CIMIC) en torno a la base y apoyar el desarrollo de una gobernación efectiva de acuerdo con la política del Gobierno de la República Islámica de Afganistán, con objeto de establecer unas condiciones duraderas para la paz y estabilidad en la provincia de Badghis
Cuatro soldados españoles han dado su vida en Ludina
Cuatro soldados españoles han entregado su vida para dar estabilidad y paz a la zona norte de la provincia de Badghis, en la que ahora ha comenzado el repliegue de nuestras fuerzas: el sargento 1º Joaquín Moya Espejo, el sargento Manuel Argudin Perrino, el soldado John Felipe Romero Meneses y la soldado Niyireth Pineda Marín.
El primero fue el soldado John Felipe Romero Meneses, en Sang Atesh, el 1 de febrero de 2010. John tenía 21 años, estaba destinado en el Regimiento de Cazadores de Montaña Arapiles 62 y pertenecía al contingente ASPFOR XXIV, con base en la Jefatura de Tropas de Montaña. Su muerte se produjo al estallar un IED al paso del BMR en el que ocupaba el puesto de tirador, durante una escolta a un convoy del Programa Mundial de Alimentos. Hubo seis heridos más.
Año y medio más tarde, el 26 de junio de 2011, un nuevo IED segó la vida de otros dos militares españoles, el sargento Manuel Argudín Perrino y la soldado Niyireth Pineda Marín.
Ambos se encontraban realizando una patrulla de reconocimiento a unos 20 kilómetros al norte de Qala-i-Naw. Otros tres ocupantes del vehículo en el que viajaban sufrieron heridas de diversa consideración. Los cinco militares pertenecían al Regimiento de Infantería 'Soria nº 9', que tiene su sede en Fuerteventura y formaban parte de ASPFOR XXVIII, contingente que tenía como base las Unidades de la brigada de Canarias.
Tan sólo siete días antes otros cuatro españoles y un intérprete salían heridos al explosionar un IED al paso de su blindado. El teniente Agustín Gras Baeza y la soldado de primera Jennifer García López sufrieron la amputación de una pierna.
Cuatro meses después se produjo una nueva muerte, el 6 de noviembre, la del sargento 1º Joaquín Moya Espejo, de 35 años, destinado en el Regimiento de Infantería Garellano nº 50, perteneciente al ASPFOR XXIX. El sargento 1º estaba desplegado en la base ‘Bernardo de Gálvez 2’ y murió por un disparo que le alcanzó el hombro izquierdo. Era la primera vez que moría un soldado español en combate directo contra la insurgencia.
Contribución a la seguridad y al progreso de la zona
Durante este tiempo, los numerosos militares que han pasado por la base han garantizado la seguridad en la zona, arrinconando a la insurgencia y permitiendo a las autoridades afganas y a sus fuerzas de seguridad ejercer un control efectivo de la región.
Son muchas las cosas que han cambiado desde la llegada del contingente español a Ludina.
Entonces no había luz, ni carreteras, ni puentes, ni pozos, ni móviles, y tanto el Ejército como la Policía y el gobierno local estaban desorganizados.
En todo este tiempo, en el entorno de Ludina, se ha ayudado a más de 11 poblaciones, que abarcan unos 40 km. a lo largo de la ruta ‘Lithium’. Localidades como Mangan, Jafari, Timori, Ludina, etc., se han visto favorecidas por actuaciones en educación, en infraestructuras civiles y militares, y se ha proporcionado a la población local ayuda humanitaria y sanitaria.
Nuestras tropas han construido numerosos puentes, pasarelas, muros, pozos, canalizaciones, balsas, neveros, arreglado colegios, se han instalado farolas, reparado mezquitas, etc., actuaciones que dejan constancia de nuestra estancia en Ludina durante estos años.